miércoles, 21 de julio de 2010

LA ARQUITECTURA MEXICANA

El destino de la mexicanidad 1 - 3
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Las tendencias de la arquitectura mexicana están marcadas por su larga historia: Jorge Tamés y Batta. (Foto: Gunther Sahagún) Las tendencias de la arquitectura mexicana están marcadas por su larga historia: Jorge Tamés y Batta. (Foto: Gunther Sahagún)

ENFOQUE
Los diez despachos de la década
En la arquitectura, la década anterior replanteó la relación del ser humano con su entorno.
Por: Arq. Jorge Tamés y Batta*

La revista Obras realiza en este número un ejercicio de evaluación que debiéramos hacer todos los arquitectos. Con amplitud de convocatoria se aventuraron a decidir los Diez Despachos de la Década. Es una evaluación cuya importancia reside en cómo vemos la arquitectura y, sobre todo, a las firmas de arquitectos en su aspiración por dejar huellas en nuestras ciudades.

No cabe duda de que la arquitectura mexicana evolucionó de manera importante en estos 10 años: una rápida integración de nuevas tecnologías; preocupación sobre lo sustentable; con mucha atención al medio ambiente como problema global y una gran influencia mediática en lo que a arquitectura global se refiere. Se anunciaba este futuro desde la última década del siglo XX.

Las tendencias de la arquitectura mexicana están marcadas por su larga historia, desde la época prehispánica hasta nuestros días. Y ha sido una de las manifestaciones culturales de nuestro país, junto con la pintura y el muralismo.

Pero no es sino hasta esta época en la que tres grandes obras marcan su destino: Luis Barragán y su casa en Tacubaya en los 40; Ciudad Universitaria de la UNAM, en los 50; y la tan ignorada obra realizada para los Juegos Olímpicos (1968), que produjo edificios y esculturas urbanas que son verdaderos hitos de nuestra ciudad.

A partir de estos ejemplos, muchas veces olvidados como ejercicios de abstracción de la ‘mexicanidad’, internacionalmente reconocidos por su arraigo regional, estamos en la encrucijada académica y profesional, en la que a veces el usuario ya no importa, sino las características formales, superficiales y tecnológicas de la arquitectura misma.

Llama la atención que en las revistas de arquitectura –que, dicho sea de paso, desatienden la profundidad de sus textos– la figura humana es inexistente.Paradójicamente, se proyecta para el ser humano y lo que se registra gráficamente son espacios limpios, muertos, con ‘todo en orden’, vía lentes que disminuyen o alteran el espacio.

Aun así, es de reconocer la calidad de las firmas de arquitectura seleccionadas por Obras:

Legorreta o Teodoro, Quijano o Sordo Madaleno, así como los jóvenes brillantes con cada vez más madurez, como Kalach, Rocha, Gómez-Pimienta, Fernando Sánchez, cuyo desarrollo, nuevas ideas, nuevos encargos y la manera creativa de resolverlos habrá que seguir observando.

Aunque quedan muchos arquitectos fuera de esta selección, el grupo escogido muestra la variedad de visiones que tiene la arquitectura y con la calidad suficiente para poder asegurar que el futuro es promisorio.

*Director de la Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México.

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